DISFRUTAR DE LA SOLEDAD

Uno de los grandes miedos en nuestra vida es la soledad.
Me he dado cuenta durante toda la vida que uno de los miedos recurrentes de las personas es el miedo a la soledad.

Ese miedo a estar solo, a vivir solo, a viajar solo, a comer solo, etc...
Todos esos miedos son realmente a estar contigo mismo, a hablar contigo mismo; ya que sabes que eres al único al que no puedes engañar.
Siendo una de las causas más comunes de angustias, debemos aprender a estar con ella... la soledad.
La soledad es un espacio necesario y saludable porque nos permite conectarnos con nuestros sentimientos, pensamientos, nuestras palabras.  Nos ayuda a reforzar nuestra autoestima.
Por eso es importante que aprendas a vivir tus momentos de soledad como algo saludable, ya que en esos silencios es donde están las respuestas a tus preguntas y tus dudas.
Es importante aprender a disfrutar de tus momentos de soledad de la misma forma que disfrutas de los momentos en compañía.
Algunas pautas que te pueden ayudar:
1) Cambia esas frases ancladas en tu mente. Del tipo: "Si no cambias de carácter te quedarás sola" o "no es bueno un hombre solo" ¿Qué frase es la tuya? ¿Cuál es la que repites a menudo?
2) Organiza tu agenda emocional. ¿Cuánto tiempo te dedicas a la semana? Apunta tu nombre en la agenda en la hora que tu elijas. ¿Qué harás? No sabemos, pero ya tienes una hora para tí, para hacer lo que quieras.
3) Crea un hábito. Disfrutar de una actividad, de un paisaje, de un libro, de una canción, etc... simplemente con el objetivo de concentrarte en lo que estás haciendo en ese momento y disfrutarlo. Si lo repites durante 21 días, crearás el hábito. La concentración te enlaza con tus emociones.
4) Sé tu mejor amigo. Aprende a ser consciente de tus alegrías, de las tristezas, piensa en lo que sucede, como sucede y para que sucede. Después ya puedes compartirlo con tus amigos, pero primero hazte tu mejor amigo y cuéntatelo a ti mismo. Así fortalecerás tu autoestima, evitarás frustraciones y arraigarás tu confianza.
 ¿CREES QUE PODRÁS? ÁNIMO, YO YA LO PRACTICO


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