LAS MÁSCARAS DE AUTODEFENSA

Son tantas las máscaras que nos ponemos a diario que llega un momento en la vida, que no sabemos como quitarlas. En eso está la dificultad de amar, de sentir, de perder las oportunidades de conocer nuevas sensaciones por los miedos que se instalan dentro de esas máscaras.

Esas máscaras nos hacen reaccionar mal cuando nos hablan con amabilidad, nos hacen ser desagradables con personas que hace tiempo que no vemos, hace sacar tu faceta cómica para no ser consciente de tus carencias, hacen que ridiculicemos a los demás cuando realmente nos gustaría ayudarlos; todo ello por un aparente liderazgo "ficticio".

En cuanto somos capaces de reflexionar del porque de cada máscara e ir quitandola, somos más felices, estamos más tranquilos, nos sentimos mejor y además lo transmitimos. Ahí está el momento en que parece que todo fluye, conseguimos nuestros objetivos, encontramos personas afines a nosotros e incluso podemos encontrar ese amor que hemos estado añorando.

Lo más importante de la vida es dar y hacer felices a los demás, pero para conseguirlo debemos serlo nosotros mismos primero.

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