RUTINAS DE DOMINGO

Me despierto sin despertador, cuando mi cuerpo me indique que ya es hora y mi estómago empiece a realizar esos ruidos extraños de vacío en su interior; también puede ser que la vejiga desbordada anuncie una explosión sin control.

Me siento en la cama, estiro cada una de mis extremidades y realizo algunas respiraciones al compás de mis posturas de yoga (las más fáciles).

Me incorporo, voy, cual zombie, al baño donde hago desaparecer mis lagañas y consigo que mi cuerpo se despierte por completo.

Con una ropa cómoda y calentita (tengo terror al frío), me siento a desayunar, antes que nada me tomo mi vaso de agua templada con limón y jengibre (me desintoxica el cuerpo y ayuda a inmunizarlo contra los virus), luego sigo con: mi taza de café, mis frutas, mi rebanada de pan de semillas, mis lonchas de pavo y mi zumo de naranja.

Mientras desayuno pongo música en Spotify en el ipad y voy leyendo mi TL de Twitter como si fuera la portada de cualquier periódico local, nacional o internacional. A posterior, sigo con Instagram y Facebook.

Finalizo con las diversas propuestas por Whatsapp y comienza realmente mi domingo offline:

Paseos por la ciudad, me gusta descubrir la ciudad desierta, sin ritmo, sin adornos, porque realmente encuentro la belleza más singular.


Paseos por nuestros montes, lugares que normalmente frecuentas cuando hay alguna celebración y que no reparas en su belleza natural de la energía de la naturaleza.


Disfrutar de una terraza o playa con amigos, donde la única finalidad es ponernos al día de los últimos acontecimientos.

Descubres nuevos lugares con nuevas personas, eso son aventuras cortas donde las expectativas debes controlarlas para que todo sea bonito y no pueda ser comparado. Porque incluso puede redescubrir los mismos lugares con personas diferentes y que te den una visión distinta de ese lugar.


Visitar a la familia, tengo la suerte de verla a diario, pero siempre hay parte de la familia que está más lejos y que siempre es una buena oportunidad para dar cariño y recibir una pequeña sonrisa de beneplácito.

Llamar a esas personas que en el día a día no coincides y ya hace meses que no sabes de ellas. Esos primeros minutos de silencios incómodos se transforman en risas, cuando recuerdas alguna anécdota compartida y guardada con especial ternura.


Incluso hay algunos domingos que para mi son días de curro, ya que me encanta mi trabajo, donde después de perfumarme, acicalarme, me vuelvo a la cama, cojo el ordenador y realizo proyectos, plasmo ideas, contesto mails, descubro pautas de mejora, leo, leo y leo muchas cosas que tengo pendiente.... pero siempre con el disfrute del alma.

Para tí, ¿cuáles son tus rutinas de domingo?



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